Título: Show.
Autor: Javier Ruecas.
Editorial: Montena.
Número de páginas: 480.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 978-84-1558-056-0
Precio: 16, 95.
SINOPSIS
Desde que se descubrió la verdad sobre Play Serafin, las vidas de Aarón y
Leo no han vuelto a ser las mismas. Leo, de regreso en España, se
presenta a todos los castings que surgen, sin demasiado éxito, mientras
que su hermano pequeño, ahora solo en Nueva York, intenta hacerse con
las riendas de una vida que ni quiere ni considera que le pertenezca.
La llegada a Develstar de una nueva artista, Zoe -una virtuosa del
violín- le devolverá a Aarón la ilusión que creía perdida. Pero su
aparición no es casual: Develstar quiere organizar un reality show como
nunca antes se ha visto, en el que el público podrá conocer a fondo a
sus estrellas. Y están dispuestos a hacer lo que sea para que Aarón
participe en él...
OPINIÓN
Ciertamente, este libro... ME ENCANTÓ. ¿Cómo demonios se ha propuesto hacer una crítica del mundo moderno poniendo un montón de cosas que, si no eres medianamente friki, no entenderás? Ésa es una de las razones por las cuales adoro el momento en el que se puso a escribir este libro, como puse en la reseña de Play. Estoy deseando ver la película de éste. Además, hace poco me enteré que Live ya está terminado (desde el 15 de Julio). Tengo unas ganas ENORMES de hacerme con él y leérmelo. Es uno de mis propósitos de vuelta a clase. Aunque me suelen gustar los libros en plan de muertes y tal, este libro, en el que no hay ni una sola, es de lo mejor que hay. Es como un diario de la vida que podría llegar a tener un famoso, el por qué de que se quiera hacer famoso, los problemas que le podría llevar HACERSE famoso..., para que te hagas una idea de lo genial que es tu vida sin que te conozca demasiada gente. Irónico que lo haya escrito alguien que es medianamente famoso, ¿no? Pero bueno. Yo, sinceramente, os recomiendo que os terminéis la trilogía, porque francamente te sientes identificado y te hace querer continuar con la historia de Leo y Aarón:)
jueves, 24 de octubre de 2013
viernes, 4 de octubre de 2013
Corto
Bueno chicos, he vuelto a unirme al grupo de Bloggeros Escritores. Hace mucho que me gusta crear historias en las que mueran todos, o en plan historia de amor pastoso. Para este corto, del que solo voy a poner la mitad de las cuatro páginas que llevo, he elegido la segunda opción, aunque quizás me decanto por un mixto. No sé. Bueno, espero que os guste y, por favor, comentar y así veré si seguir subiendo el resto del corto o no. Gracias y... ¡Que os guste! (:
"Esta es la
historia de cómo demonios me enamoré de le persona menos adecuada, que menos
habría querido y que más había odiado en su época, pero que a la vez era la
única que conseguía sacarme una sonrisa con cualquier cosa, y digo cualquier
cosa.
Era viernes,
ahora que lo pienso el mejor viernes de la historia. Estábamos a cuarta hora,
después del recreo y tocaba matemáticas con Doña Retrasada. Me habría gustado
antes de que todo esto pasara haberla pegado un tiro en esa cabeza suya. Esa
profesora me caía francamente mal pero las cosas llegaron a un punto crítico
ese día. Estaba hablando con un amigo mío justo sobre ese tema, que la
profesora nos caía mal cuando nos pilló y se puso a echarnos la bronca.
-Es que si no
dejáis de hablar no aprenderéis y no llegaréis a nada en vuestra vida y
tendréis que ir mendigando y pidiendo a vuestros padres y a vuestros amigos,
que tendrán unas carreras con las que llegarán a lo más alto cada uno en su campo…
-Decía-.
-Pero es que
no tiene por qué pasar así.-La interrumpí yo-.
-¿Disculpa?
-Pues eso, que
no tiene por qué pasar así. A lo mejor lo que pasa es que no soportas que dejes
de ser el centro de atención de la clase porque unos alumnos tuyos han hablado
durante, oh no, el fin del mundo, ¡un mísero minuto! Yo creo que deberías irte
a algún psicólogo cercano, haber si te curan ese retraso mental tuyo.
-¿Cómo te
atreves?
-Pues tan
sencillo como atreviéndome. Ya estoy harta de tanto “Deja de hablar y atiende”.
¿Nunca has pensado que las cosas se pueden buscar en internet? Además, todos
sabemos que me tienes manía y que cualquier cosa que haga será tu oportunidad
perfecta para darme un sermón.
-¡Esto se
acaba aquí hoy! Vas a bajar ahora mismo a la entrada del instituto y vas a
esperar a que termine la clase sentada y reflexionando sobre el error que
acabas de cometer, esperando a que yo baje y llame a tus padres para que sepan
como me has faltado el respeto, para que tomen, a parte de medidas aquí,
medidas en tu casa.
-Vale, vale.
Ya bajo. Pero que conste que, a, me tienes que dar la autorización para salir
de este muermo de clase, oh, gracias -dije mientras me tendía el respectivo
papel- y b, no te puedo faltar al respeto si no te tengo dicho respeto.
-¡Qué te
largues! –Exclamó ella-.
Mi amigo no
había hablado durante todo el rato porque, al igual de las demás personas de la
clase, se había quedado boquiabierto al descubrir que tenía agallas para
plantarle cara al demonio que teníamos por profesor. Salí de la clase dando un
portazo y bajé las escaleras que llevaban a la entrada del edificio. Como no,
la puerta estaba cerrada y sólo se podría abrir con el botón que había en
conserjería. Mi única vía de escape estaba fuera de mi alcance. O quizá no…
Entré en el vestíbulo y la conserje me miró con cara de incredulidad, como no.
Normalmente la gente no se creía de hasta donde era capaz de llegar esta
mujerzuela que la pasó de largo. Fui directa a los bancos que estaban ahí al
lado. Me senté y me puse a pensar. ¿Qué demonios iban a hacer mis padres
conmigo? Ya había tenido rabietas con esta profesora, pero esta vez había sido
diferente. Si es que para una vez que me atrevo a contestar y va y me echan de
clase. Me tendría que haber mordido la lengua, no se puede estar siempre
intentando contestar a todo el mund…
-¿Grace? –Dijo
de pronto una voz-.
Por
supuesto que sí, justo él. Él, que hacía que me flaquearan las piernas por
mucho que me intentara en negar que me seguía gustando.
-¿Jack?
–Dije- ¿Qué demonios haces aquí? Supuestamente no te llaman nunca la atención.
-¿Yo?
Mira quién fue a hablar, la niñita buena que nunca llega al punto de tener que
morderse la lengua –Contestó él-.
-Si
me la hubiera mordido, no estaría aquí ahora mismo –mascullé yo-. Y bueno, ¿qué
se supone que has hecho para que te traigan aquí?
-No
hacer los deberes durante tres días seguidos, luego llamarán a mis padres. Pero
bueno, esto me pasa por no tenerte en clase.
-Aunque
estuviera en tu clase de mates, no te lo habría dicho.
-El
año pasado lo hacías.
-El
año pasado era el año pasado.
-Bueno,
aún así me habría gustado que estuvieras en todas mis clases, y que en el único
desdoble vayan y me pongan en otra clase.
-Lo
que tú digas…
-Y
bueno, ¿tú qué has hecho?
-Ya
sabes que a todos nos cae mal mister Hades, pero bueno. Hoy no la he soportado
y le he soltado alguna grosería. Qué más da. Tenía pensado escaparme de casa.
-¿De
verdad?
-Mi
madre ahora es más subnormal que yo qué sé y su novio hace que me quiera ahogar
en la bañera.
-Cierto,
siento que se separaran tus padres.
-Mi
madre le ponía los cuernos a él, me da un poco igual lo que quiera que hagan
con su vida que no tenga que ver conmigo.
-Bueno,
yo también me quería escapar de mi casa –Le miré sorprendida-. Desde que mi
abuela murió el otro día están todos insufribles. Preferiría vivir en el campo,
en plan hormiguita con un buen tazón de “Relaxing Cup”.-Dijo soltando una
risotada-.
-Pues
nos podríamos escapar ahora.
-¿Qué
dices? No se puede abrir la puerta.
-Yo
me puedo acercar a conserjería a darle al botón mientras tú te pones al lado de
la puerta para abrirla en cuanto se pueda y salir corriendo cuando me reúna
contigo.
-Pues
no es mala idea. Vale, hagámoslo. Tengo aquí mi mochila, me hicieron bajarla
para hacer algo mientras tanto, ya sabes. Puedo vaciarla de libros, comprar
algunas cosas en la cafetería y así en nuestra huída tendremos provisiones.
-Vale,
pero date prisa. Seguro que el timbre va a sonar en nada."
Comentar y veremos si... CONTINUARÁ.
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